Museo Chicote vuelve a agitar la coctelera
https://www.elmundo.es/metropoli/gastronomia/2020/12/25/5fdb2cb9fdddff349a8b46fd.htmlMuseo Chicote, templo madrileño de la mixología y referente nacional por obra y gracia del emblemático barman Perico Chicote, ha vuelto a agitar la coctelera tras ocho meses de inactividad, algo que ni siquiera había ocurrido durante la Guerra Civil, ya que entonces sus puertas siguieron abiertas para dar cobijo, entre otros, a personajes como Ernest Hemingway, entonces corresponsal de la agencia de noticias North American Newspaper Alliance.
Inaugurado en 1931 en la Gran Vía madrileña por Pedro Chicote, cuando en España poco se sabía del mundo del cocktail, fue durante muchas décadas el local de moda al que acudían celebridades de todo tipo, personajes influyentes, intelectuales... (ya fuera en tiempos de la República, de la dictadura, de la Monarquía) para vivir tardes de tertulias y café o noches locas, de glamour y también de canalleo. Y es que la gracia postinera, las dotes cocteleras del barman y una oferta comospolita y moderna para la época atrajo hasta lo más granado de Hollywood de los años 40 y 50.
El regreso
Ni siquiera en los momentos más difíciles Chicote -luego pasó a llamarseMuseo Chicote- echó el cierre... hasta que llegó el covid. Así, el pasado mes de marzo, por primera vez en sus casi 90 años de historia, la icónica coctelería -en manos del grupo Mercado de la Reina desde 2015- frenaba sus puertas giratorias, obligada por la alerta sanitaria.
Pero hoy, vuelven a girar y lo hacen con una propuesta renovada, cosmopolita y moderna. Abierto de miércoles a domingos, junto a su amplia gama de cócteles clásicos hiperfamosos (manhattan, negroni, cosmpolitan, dry martini, mojito...) y otros menos conocidos (La Guerrera, Paloma Beer, Alaska...), Museo Chicote ofrece una apuesta clara por la gastronomía informal, aunque para Nochevieja se viste de tiros largos con un menú especial (tres entrantes para compartir, salmón ahumado, jamón ibérico y langostinos de Sanlúcar; un principal a elegir, carrilleras de cerdo ibérico o corvina salvaje, y un postre. Y cerveza, vino, cóctel y ensayo de las uvas de las suerte a las 21 horas. Precio: 55 euros).
Combinados, comida y música
Eso es estas fiestas, pero ¿cuál es su formato habitual? Pues, platos para compartir. Ahí están la ensaladilla rusa con encurtidos y pan de cristal; las croquetas melosas de jamón ibérico; los tacos mexicanos de carne de res con cebolla encurtida, jalapeños y guacamole; las quesadillas gallegas de lacón; los nachos jaliscos; el jamón ibérico con pan cristal y tumaca y la nueva hamburguesa goumet, elaborada con ternera gallega y acompañada con un queso también gallego (arzúa) y salsa rosa de pepinillos. Todo armonizado con una selección de vinos o con cócteles de la casa y, de fondo, la música en directo de un Dj que anima los mediodías y las tardes de este local que conserva intacta gran parte de la decoración art decó que Chicote encargó al arquitecto de la época Luis Gutiérrez Soto.
"El animal más bello del mundo"
Ahí siguen, por ejemplo, las sillas de metal cromado donde se sentaba una Ava Gardner que, rodeada de galanes, vivía las noches locas cargadas de alcohol, y es que son casi históricas las juergas madrileñas que se corría el animal más bello del mundo, apelativo de la actriz estadounidense, y las discusiones con su marido, Frank Sinatra. Quien no se sentaba era Ernest Hemingway, quien al fondo de la barra escribía y bebía de pie, porque así el alcohol tardaba más en subírsele a la cabeza, decía.
Más tranquilas y comedidas fueron las visitas de Grace Kelly y Rainiero, que brindaron por su matrimonio con Chicote antes de irse de luna de miel; las del Alexander Fleming, de Jacinto Benavente...
De gobernantes a actores
Porque aquí, mitos del Hollywood clásico compartían espacio con presidentes de gobierno, como Eisenhower; científicos internacionales; intelectuales; nombres clave de la sociedad española y hasta multimillonarios, como Aristóteles Onassis, quien se empeñó en comprar la colección de botellas -el museo llegó a albergar 10.500, aunque otras fuentes hablan de 20.000- que Pedro Chicote guardaba con celo y mimo en un sótano contiguo. Con el don de gentes que le caracterizaba, le dijo "Hay dos cosas que siempre he querido en este mundo: a mi madre, que ya no la tengo, y a mi museo, que no puedo dejar de tener".
Mil y una anécdotas con chotis incluido y mil y una frases, como la del gran Miguel Mihura (escritor, dramaturgo, historietista y periodista): "Yo había decidido nacer en Madrid porque era lo que me cogía más cerca del Bar Chicote". Y ahí sigue, Museo Chicote, cosmopolita y moderno también en siglo XXI.
Dirección: Gran Vía, 12. Teléfono: 91 532 67 37. Abierto miércoles (de 16 a 24 horas) y de jueves a domingo (de 13 a 24 horas).
Pedro Chicote en su museo de botellas, en 1960.
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