Según la historia oficial, el cantante canadiense Paul Anka, de vacaciones en Francia, vio a François interpretarla en un programa de televisión, Téle Dimanche, y se quedó prendado de la melodía. Pocos días después, el astuto creador de Diana se aseguró la exclusiva editorial de Comme d'habitude en inglés, que compró en un lote de canciones. Él mismo adaptó la letra, cambiando totalmente su sentido: "Sí, hubo veces, / seguro que lo sabeís, / que mordí / más de lo que podía masticar, / pero durante ese tiempo, / cuando había dudas, / todo me lo comí / y lo escupí, / me encaré con todo / y no me hundí, / lo hice a mi manera".
Paul Anka sabía lo que se hacía. Sus versos son pliego de descargos y orgullosa exhibición de alguien que sabe que está a punto de caer "el telón final". Efectivamente, estaban hechos a la medida de un Sinatra. En 1968, en una fiesta celebrada en Las Vegas, mostró a Frank sus esfuerzos. El crooner, que llevaba una temporada dándose caprichos como grabar con Antonio Carlos Jobim mientras tonteaba con las tendencias pop, advirtió enseguida que My way era justo lo que necesitaba: potenciaba su imagen de gran vividor, capaz de ponerse el mundo por montera, aparte de darle una gravedad que había perdido con banalidades. Con arreglos de Don Costa, registró My way el 30 de diciembre de 1968. El entusiasmo de los músicos y de su hija Nancy, presente en la sesión, le impulsó a bautizar su primer LP de 1969 como My way.
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