La relación de Frank Sinatra con los presidentes de Estados Unidos. Por Carlos Garcés.



A lo largo de su vida Frank Sinatra se relacionó con todos los presidentes de Estados Unidos. Con unos la relación fue más intensa y entraba y salía de la Casa Blanca como si de su casa se tratara. Pero en general tuvo fuertes vínculos con casi todos ellos. No debemos olvidar que Frank Sinatra fue un icono y fue el máximo representante de la grandeza y la edad de oro del sueño americano. 

El primero importante fue Franklin D. Roosevelt (1933-1945). Sinatra lo admiraba profundamente. Era joven cuando FDR estaba en el poder y apoyó su reelección con entusiasmo. Incluso participó en campañas para promover el voto.

Después vino Harry Truman (1945-1953), con quien no tuvo una relación cercana, pero sí lo apoyó públicamente como parte del ala liberal de Hollywood.

Con Dwight Eisenhower (1953-1961), más bien se mantuvo al margen, porque no simpatizaba mucho con los republicanos en esa época.

Luego llegamos a John F. Kennedy (1961-1963). Este fue, sin dudas, el presidente con quien tuvo la relación más intensa. Eran amigos, Sinatra lo ayudó en la campaña, y organizó eventos para él. Incluso se decía que Sinatra le “prestaba” su casa y su círculo social. Pero después hubo un cierto distanciamiento.

Con Lyndon B. Johnson (1963-1969) la relación fue distante, aunque Sinatra lo respetaba. Ya no era parte del círculo íntimo presidencial.

Luego vino Richard Nixon (1969-1974), y aunque al principio lo rechazaba, con el tiempo Sinatra terminó apoyándolo. Hasta cantó en su gala inaugural de 1969, lo que marcó su giro hacia el Partido Republicano.

Después, con Gerald Ford (1974-1977), tuvo una relación más protocolar. Lo apoyó como parte de su lealtad al partido en ese momento.

Con Jimmy Carter (1977-1981), demócrata otra vez, Sinatra no tuvo una relación especial y se mantuvo más del lado opuesto.

Con Ronald Reagan (1981-1989), ahí sí volvió al centro de la escena. Eran muy cercanos. Ambos venían de Hollywood, y Sinatra fue parte importante de su campaña. Cantó en su toma de posesión y fue muy visible como figura de apoyo.

Con George H. W. Bush (1989-1993), también tuvo una buena relación, aunque más de respeto que de amistad íntima.

Ya con Bill Clinton (1993-2001), se acercó algo más, incluso cantó en una fiesta para su toma de posesión en 1993 pero ya estaba más retirado de la política activa.

Frank Sinatra tuvo una notable habilidad para relacionarse  con todos ellos lo cual habla de una inteligencia social y estratégica muy destacada. 

Sinatra era un comunicador nato, con una presencia magnética y una facilidad para conectar con todo tipo de personas, desde obreros hasta líderes mundiales. Sabía leer a su interlocutor y adaptarse al contexto.

Era muy consciente del valor de estar cerca del poder, y sabía que cultivar esas relaciones podía proteger su carrera y su imagen pública. 

Aunque en algunos momentos se involucró más políticamente (como su apoyo a JFK), con el tiempo aprendió a manejar sus relaciones con los presidentes más como vínculos personales o estratégicos que como compromisos ideológicos. Esto le permitió adaptarse a los cambios sin enemistarse con nadie.

Como figura cultural inmensa, Sinatra representaba una parte importante del “sueño americano” que arriba he mencionado. Los presidentes también ganaban al estar asociados con él, así que había un interés mutuo. Sinatra sabía aprovechar eso con inteligencia.

Aunque era directo y a veces impulsivo, también sabía cuándo callar, cómo evitar enemistades innecesarias y cómo reconstruir puentes cuando se rompían (como ocurrió con el clan Kennedy después de su distanciamiento).


Carlos Garcés.

1 de mayo de 2025.








DOMINIO EUROPEO DE FRANK SINATRA.

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