"Everybody Loves Somebody". Dean Martin y el poder de una melodía que lo cambió todo. Por Carlos Garcés.
Hay canciones que parecen haber nacido para una voz. “Everybody Loves Somebody”, compuesta en 1947 por Sam Coslow, Irving Taylor y Ken Lane, fue una de esas piezas que vivieron en la sombra durante años, hasta que un día —casi por azar— encontraron el timbre perfecto para florecer: el de Dean Martin.
No fue escrita para él. Tampoco surgió en el apogeo de su carrera ni en el contexto de sus comedias con Jerry Lewis. Fue en 1964, casi veinte años después de su creación, cuando Ken Lane, pianista y colaborador de Martin, se la propuso durante una sesión de grabación. Y Dean Martin, con su estilo relajado, su sonrisa insinuante y su forma de frasear única, la convirtió en un fenómeno.
Con "Everybody Loves Somebody", Dean Martin logró lo impensable: desbancar a los Beatles del número uno de las listas estadounidenses en plena "British Invasion". Lo hizo sin estridencias, sin experimentos: simplemente con su estilo de siempre, maduro, íntimo, inconfundible. La canción se convirtió en su mayor éxito discográfico y en su himno romántico definitivo. Fue el último número uno de su carrera, pero también el más significativo.
Muchos recuerdan esta canción acompañada de imágenes de la comedia “Money from Home” (Dinero caído del cielo, 1953), dirigida por George Marshall y protagonizada por Martin junto a Jerry Lewis. En esos vídeos —hoy muy difundidos—, aparecen escenas de la película emparejadas con la canción, creando un montaje que, aunque evocador, no es históricamente exacto: “Everybody Loves Somebody” no formaba parte de esa película, ya que fue grabada once años después. Sin embargo, el tono ligero, desenfadado y galante del filme encaja a la perfección con el espíritu de la canción, y por eso esa fusión audiovisual sigue viva en la memoria colectiva.
La actriz coprotagonista de "Money from Home" fue la encantadora Marjie Millar, cuya carrera fue breve, pero que dejó una impronta entrañable en la cinta. Su química con Martin, como la de muchas otras parejas artísticas de aquellos años, contribuía a ese aire de romanticismo ligero que tanto gustaba al público de la época.
Adjunto un vídeo editado con la canción interpretada por Dean Martin, ilustrado con escenas de la película ante dicha cuyas imágenes complementan perfectamente el tono romántico y nostálgico de esta melodía eterna.
Y aunque en este caso no hay una implicación directa de Frank Sinatra, es inevitable recordar que Dean Martin fue parte del famoso Rat Pack, ese grupo legendario de amigos y artistas que hicieron de Las Vegas una capital del estilo, el humor y la sofisticación americana. Martin, aunque distinto a Sinatra en intensidad emocional, lo complementaba con un carisma natural, una voz más cálida, y una actitud más hedonista: mientras Sinatra te desgarraba el alma, Dean Martin te envolvía con una copa de bourbon en la mano y una sonrisa cómplice.
“Everybody Loves Somebody” es mucho más que una balada romántica.
Es un guiño de complicidad al amor sencillo, cotidiano, posible.
Es el sello inmortal de un hombre que nunca necesitó levantar la voz para quedarse en nuestra memoria.
Porque todos, alguna vez, se han enamorado.
Y todos, en algún rincón del alma, siguen esperando volver a hacerlo.
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