"ROBERTO CARLOS, O SINATRA DE IPANEMA. FE, MÚSICA Y TRAGEDIA". Por Carlos Garcés.
Hablar de Roberto Carlos es hablar de uno de los grandes iconos de la música en lengua portuguesa y, sin duda, del más grande cantautor brasileño de todos los tiempos. Nacido en Cachoeiro de Itapemirim, en el estado de Espírito Santo, en 1941, Roberto Carlos ha construido a lo largo de seis décadas una carrera que le ha llevado a ser conocido como “O Rei” en Brasil y como un símbolo de la canción romántica en todo el mundo hispano y lusófono.
Con más de 150 millones de discos vendidos, su voz suave, cálida y profunda se ha convertido en parte del patrimonio cultural de América Latina y Portugal. Pero lo más sorprendente es que su música no conoce fronteras: ha cantado en portugués, en español, en italiano e incluso en inglés, con un éxito que traspasa generaciones.
EL SINATRA DE BRASIL:
Roberto Carlos no ha sido comparado en vano con Frank Sinatra. Lo llaman el “Sinatra de Ipanema” por su estilo elegante, por su voz inconfundible y por la forma en que ha sabido transmitir emoción y cercanía. Al igual que Sinatra, ha sabido mantenerse vigente con el paso de las décadas, sin perder autenticidad.
Mientras que Sinatra fue el “crooner” por excelencia de la canción norteamericana, Roberto Carlos se erigió como el gran crooner latino, dando a la canción romántica un tono inconfundible, cargado de ternura, devoción y verdad. Ambos compartieron esa rara virtud de hacer que millones de personas sintieran que les cantaban directamente al corazón.
UNA ANÉCDOTA INOLVIDABLE CON SINATRA:
Existen episodios que revelan el verdadero carácter de un artista, y uno de los más significativos ocurrió cuando Roberto Carlos coincidió con Frank Sinatra. La orquesta de Sinatra se intoxicó antes de un concierto, y fue Roberto Carlos quien acudió en su ayuda. Le ofreció su propia orquesta, diciéndole que bastaba con que trajera las partituras, que sus músicos lo acompañarían con total entrega. Sinatra, acostumbrado a trabajar con las mejores formaciones del mundo, quedó impresionado reconociendo que nunca había tocado con una orquesta igual.
Ese gesto resume la grandeza de Roberto Carlos: generosidad, humildad y amor por la música más allá de fronteras y egos.
Otro episodio inolvidable ocurrió en 1980, cuando Sinatra ofreció un concierto en el Estadio de Maracaná de Río de Janeiro ante más de 175.000 personas, uno de los mayores públicos jamás reunidos para escucharlo. Entre los asistentes se encontraba Roberto Carlos, que fue testigo privilegiado de aquella noche mágica en la que Brasil y el mundo entero se rindió ante la voz del gran Frank Sinatra.
UN LEGADO INMENSO:
La carrera de Roberto Carlos es tan extensa como diversa. Empezó en la década de 1960 con la llamada Jovem Guarda, un movimiento musical juvenil en Brasil que mezclaba influencias del rock con la música local. Sin embargo, fue en los años 70 y 80 cuando consolidó su reinado como el gran cantante romántico de habla portuguesa y española. Canciones como "Detalles", "Amigo", "Cóncavo y convexo" o "Lady Laura" forman parte de la memoria sentimental de millones.
Su música ha acompañado bodas, despedidas, reconciliaciones y celebraciones, convirtiéndose en banda sonora de la vida de muchas personas. Y lo más importante: su voz nunca dejó de emocionar.
LA VIDA TRÁGICA DE ROBERTO CARLOS:
Pero detrás de la gloria, la vida de Roberto Carlos ha estado marcada por la tragedia. De niño, a los 6 años, perdió parte de su pierna derecha en un accidente con un tren, algo que lo marcó para siempre. Años más tarde, la fatalidad volvió a golpear: su primer gran amor, Maria Lucila Torres, murió de cáncer de mama cuando aún eran muy jóvenes.
El dolor se repitió cuando su esposa Cleonice Rossi, madre de tres de sus hijos, perdió también la batalla contra un cáncer. Como si fuera poco, su hijo Roberto Carlos II, conocido como “Segundinho”, quedó ciego a causa de un cáncer en la retina. Y en 1999, volvió a enfrentar otra tragedia devastadora: su gran amor, la maestra Maria Rita Simões, falleció a los 38 años, también víctima de un cáncer, dejando a Roberto Carlos desolado.
Estos golpes sucesivos lo sumieron en largos periodos de silencio y alejamiento de los escenarios, y aunque pensó en retirarse para siempre, la música terminó por rescatarlo una y otra vez. En sus canciones, ese dolor se transformó en consuelo para millones, que encontraron en él un espejo de su propia fragilidad humana.
EL ROBERTO CARLOS ESPIRITUAL:
En su madurez, Roberto Carlos también ha dado un espacio especial a la espiritualidad en sus canciones. Temas como "Jesucristo" o "Fe" muestran a un artista que nunca se olvidó de sus raíces cristianas ni de transmitir mensajes de esperanza. Ese equilibrio entre lo humano y lo divino, entre lo romántico y lo espiritual, lo acerca aún más a la atemporalidad de Sinatra, que también supo cantar tanto al amor terrenal como al alma.
UNA LEYENDA VIVA:
Hoy, con más de 80 años, Roberto Carlos sigue llenando auditorios y emocionando al público. Su figura no solo es la de un cantante, sino la de un hombre que supo mantenerse fiel a sí mismo, resistiendo modas, estilos pasajeros y superficialidades.
Roberto Carlos es, en definitiva, una leyenda viva. El "Sinatra de Ipanema" que, con su voz y su ejemplo, ha regalado a millones de personas canciones que acompañan la vida. Y en esa compañía está su mayor triunfo: haber sido, y seguir siendo, la voz del corazón de Brasil para el mundo.
20 de agosto de 2025.
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